Ir
a celebrar tu partido número 1000 a Stamford Bridge es como una visita
de un equipo de Caparrós al Barça: una cita con el dentista. Sobre todo
si la estadística más reciente no te acompaña. Y sobre todo si enfrente
tienes a un director de orquesta como José Mourinho. Llamémosle director
de orquesta o manager de una banda de punk. A lo Malcolm McLaren.
Puestos
a elegir uno hubiera preferido celebrar sus 1000 partidos gunners
contra la perita en dulce. Llamémosle David Moyes. Porque no hay color.
Es como invitar a tu fiesta a Santa Teresa de Jesús o al protagonista de
"Este Chico Es Un Demonio". El segundo te la lía fijo.
Al
margen de una pequeña confusión Ox-Gibbs que tuvo el árbitro, el
suicidio del Arsenal estaba más claro que el de Kurt Cobain. A los siete
minutos el Chelsea ya iba 2-0 en el marcador.
Al final le cayeron seis. Y la mujer de Mourinho sin enterarse.
Al final le cayeron seis. Y la mujer de Mourinho sin enterarse.
En
el Lane la noticia podría ser que Soldado cuajó (al fin) una correcta
actuación. Pero la noticia fue la encarnada pelea de las dos defensas
por hacer el más soberano de los ridículos. Ganó Naughton.
Hubiera
sido una semana redonda para David Moyes si no se la llega a joder Luis
Figo el viernes. Tuvo que ser el Bayern. Claro que era difícil que te
tocara el rival más débil teniendo en cuenta que el rival más débil eres
tú. Aún asi, David se zafó del Olympiacos de Míchel (que perdió su
candidatura a entrenador del año) en una remontada de las que valen por
dos. El sábado ganó otros tres puntos con un golazo de Rooney que dejó a
Beckham flipando en la grada.
Para golazo también el de Yayá Touré. Firmó un hat-trick con "yayazo"
incluído en otro día más sin novedades (para bien) en la carrera
futbolística de Amorebieta. Si no existieran las tarjetas, Amorebieta se
hubiese tirado todo el partido derribando jugadores sin
contemplaciones. Como si estuviese jugando al Call of Duty.
Para
golazo también el de Tettey con el Norwcih. Pero claro, en todas partes
cuecen habas. Y es que el problema de Tettey es precisamente ese. Que
se llama Tettey y no Wayne Rooney.
Por
si no os lo han dejado claro todavía César Iglesias, Segurola, Paco
García Caridad y Javier Tebas (presidente, presidente) entre otros, el
Manchester City tiene tres partidos menos en la Premier League. César
Iglesias y Segurola son dos líricos que intentan imponer su razón allá
donde haya un micrófono (o un periódico que permita sus indigestas
clases magistrales). Javier Tebas es el santo presidente de nuestra liga
que no contento con cargarse nuestro campeonato, está más pendiente de
lo que pasa en la casa del vecino que en la propia. Vamos, que sabe
quien se acuesta con la mujer ajena y lo casca pero también conoce que
se están trincando a la suya y se lo calla para no ventilar demasiado
sus miserias.
Lo
que no me cuadra es lo de Paco García Caridad. Su repentino interés por
la organización del campeonato inglés (del que dijo en su programa que
es nefasta y que está manga por hombro) no va por el camino del partido
más, partido menos. Va por el camino de Setúbal y desemboca en Londres.
En el Bridge.






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