Puede que tarde mucho tiempo en olvidar el día en el que Wembley, y gran parte de Inglaterra, no le quitó los ojos de encima durante los 80 minutos que se mantuvo en el césped de la semifinal de la FA Cup contra el Liverpool. Quizá lo del otro día sea simplemente el prólogo de una brillante carrera en el fútbol británico.
Bien repeinado para atrás, con un exceso de gomina al más puro estilo Mijatovic para evitar que ese flequillo rebelde se mueva demasiado, y con las medias bajadas a la altura de los tobilllos, emulando a George Best, Jack Grealish se movió por el césped de Wembley con el desparpajo de sus 19 años pero también con un aire de veteranía inaudito para su corta edad. Cuando Sherwood decidió retirarlo, los aficionados villanos le regalaron una sonora y merecida ovación. El chaval había participado en los dos tantos que estaban metiendo al Aston Villa en una final de FA Cup 15 años después.
Por las venas del joven Grealish corre sangre villana. También por las de su familia. Su tatarabuelo ganó la FA Cup como jugador del Villa en 1905. Y él ha sido una garganta más en las gradas del estadio desde que falleciera prematuramente su hermano pequeño y su padre decidiese que un abono de temporada para ver los partidos del Aston Villa podía ser la mejor medicina para paliar el dolor.
El chaval nacido en Birmingham no se había perdido un solo partido del equipo (de su equipo) hasta que el Aston Villa decidió cederlo al Notts County. Ahí aprendió algo más para regresar a vestir los colores que lleva tan adentro.
La prensa inglesa ya dejó caer elogios tras su debut como titular en la Premier frente al Queens Park Rangers. Hasta el momento ha participado en tres partidos, el más importante de ellos el del domingo en Wembley. De ser un simple espectador ha pasado a formar parte de una de las grandes actuaciones del club.
Sherwood también tiene algo de mérito en el asunto. La caída de Agbonlahor del once ponía sobre la mesa la necesidad de una alternativa y Tim decidió convertir a Grealish en esa alternativa.
No es la primera vez que Sherwood pone su ojo en un jugador joven. En su etapa en el Tottenham ya optó por Bentaleb y también dio sus primeros minutos a uno de los jugadores de moda en Inglaterra, Harry Kane.
Ahora falta por ver la progresión de Grealish. Tiene tiempo por delante. Por el momento en el horizonte se le presenta la oportunidad de participar en una final de FA Cup después de su día grande en Wembley.






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