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4/23/2015

Los héroes del fútbol



Pasé el principio del verano intercambiando memes y chascarrillos con un amigo de Chiapas -amante a partes iguales de la poesía del Subcomandante Marcos y de las jugadas eléctricas que culminan en gol- sobre aquella derrota in extremis que llevó a clasificar a la Holanda de Van Gaal y a dejar en la cuneta a la selección mexicana del Piojo Herrera en el Mundial de Brasil. No era penal.
"El fútbol y la revolución crean símbolos y héroes", me dijo. "Unos son perdurables en el tiempo. Otros son más efímeros, pero su huella es igual de importante".

Esos símbolos, esos héroes, escriben las páginas de la historia del fútbol. Su perdurabilidad o su fugacidad dependen tanto de sus logros como de la memoria del aficionado. Un solo minuto en el partido de sus vidas bien vale una eternidad en la memoria del colectivo futbolero.

Javier Hernández, Chicharito, es el nuevo héroe del Bernabéu. Las bajas del conjunto blanco le llevaron a cargar con parte del peso del partido sobre sus espaldas en una vuelta de cuartos de final de la Champions después de toda una temporada a la sombra de los grandes, esperando una oportunidad en el banquillo. Y, desde luego, no era un partido cualquiera si tenemos en cuenta la entidad del rival que tenía enfrente.

En el minuto 87 Cristiano Ronaldo levantaba la mirada y lo veía a él, al Chicharito, pidiéndola mientras observaba de reojo que no le acompañaba nadie y que estaba solo. Cristiano la ponía. Chicharito la empujaba. El delirio. El sabor de la gloria tan perpetuo como efímero que solo está reservado a los héroes del fútbol. También a los revolucionarios.

El ritual de Javier Hernández es inmutable. Arrodillado en el césped, con los brazos en cruz, reza ajeno a todo lo que ocurre a su alrededor. Se santigua, mira al cielo y espera el pitidio inicial del árbitro. Entonces, tuerce el gesto.

Chicharito se vació. Buscó el balón, se desmarcó y peleó hasta el final contra Godín y Miranda. Su gol pudo haber llegado antes, pero el fútbol también reserva para sus héroes el momento idóneo para tocar la gloria.
El Bernabéu entonces se vistió con la Tri y cuando su nuevo héroe abandonaba la arena, herido pero orgulloso, el público coreó su nombre. Su imagen en el banquillo, llorando y abrazado a Keylor Navas, no pudo ser más reveladora. El gol que valía unas semifinales había sido suyo. El mejor premio a tanto esfuerzo.

"No me siento ningún héroe. Los del banquillo están apoyando. A nosotros nos tocó pelear y sudar, pero todos somos héroes". 

Chicharito tras el Real Madrid vs. Atlético.

Es cierto. El fútbol y la revolución crean símbolos y héroes. Efímeros o perdurables pero prácticamente todos con la misma importancia. Chicharito es el nuevo héroe del madridismo. Chicharito se ha forjado como símbolo para México, tanto por su peso como jugador como por llevar por bandera el esfuerzo, el trabajo y la constancia. Para el madridismo su gol lo convierte en héroe en un escenario único. Para Jalisco, el lugar que le vio nacer, y para México lo eleva a la categoría de símbolo. Ellos están orgullosos. Nosotros también. Más tarde nos encargaremos de su perdurabilidad o de su fugacidad.

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