El
nombre de Ched Evans ha sonado mucho en Inglaterra últimamente. Al
principio por la sorpresa de que el galés de 26 años iba (por fin) a
fichar por un equipo. Después por la marcha atrás en las negociaciones.
Evans lleva mucho tiempo lavando pecados y parece ser que todavía no ha
terminado.
El
delantero galés comenzó su andadura como juvenil en el Rhyl para pasar
al Chester y después al Manchester City. En la Academia de los citizens
alcanzó la final de la FA Youth Cup que perdieron con el Liverpool en
2006 y subió al primer equipo.
Tras
jugar 16 partidos en el City se marchó cedido al Norwich. A su vuelta
al Manchester, se vio con demasiada competencia por delante debido a los
fichajes de Tévez, Bellamy, Adebayor o Roque Santa Cruz y se marchó al
Sheffield United, el último club profesional donde ha jugado hasta la
fecha. Y parece ser que seguirá siendo así.
En
mayo de 2011 comenzó todo. Ched Evans y Clayton McDonald fueron
acusados de la violación de una joven de 19 años en un hotel que según
el informe judicial se encontraba demasiado borracha como para
considerar que las relaciones sexuales que se mantuvieron fuesen
consentidas.
Evans
fue condenado a cinco años de prisión el 20 de abril de 2012. Salió
libre en octubre de 2014. Desde entonces, intenta por todos los medios
lavar su maltrecha imagen.
Considerando
que ha pagado el precio por sus errores (aunque Evans sigue manteniendo
su inocencia) ha llegado el momento de su reinserción, algo que parece
que no va a ser demasiado fácil. Es más, se diría que va a ser algo
imposible.
Los
primeros contactos para el regreso de Evans al verde de un campo de
fútbol vinieron del Sheffield United. Kevin McCabe y Nigel Clough se
reunieron con el muchacho en prisión para negociar las posibilidades de
su retorno una vez quedase libre tras cumplir la condena. Aficionados y
patrocinadores se opusieron.
El Hartlepool se inclinó también por el fichaje de Evans, pero ocurrió prácticamente lo mismo.
Hubo
una oportunidad de que el galés se marchase al Hibernians, dispuesto a
ficharlo hasta final de temporada, pero el Ministro de Justicia
británico había bloqueado la operación para que Evans no pudiese jugar
en el extranjero.
Lo
que parece ser el último tren para Evans acaba de partir. Y puede que
no vuelva a pasar otro. El Oldham Athletic se interesó en Ched. Después
de que desde las altas esferas del equipo se asegurara que el fichaje
estaba hecho en un 80% llegaron las peticiones para pararlo. 20.000
aficionados firmaron para detener el fichaje de Evans.
Poco
después Craig Verlin, director de Verlin Rainwater Solutions (uno de
los patrocinadores del Oldham) montaba en cólera y amenazaba con retirar
su dinero. Ha ocurrido con otro de los sponsor del club, ZenOffice.
El
Oldham Athletic ha dado marcha atrás en el fichaje de Evans debido a
las presiones y a las amenazas. Hay dinero en juego y no pueden
permitirse perderlo.
La
redención de Ched Evans está lejos de producirse. Sigue intentando
limpiar su nombre. Sigue manteniendo su inocencia. No es igual para los
que le siguen viendo como un criminal. Por ello, parece que seguirá sin
pisar un campo de fútbol.






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