El fútbol no es ajeno al misterio. Tampoco lo es a las leyendas negras, a la brujería, al mal fario y a las maldiciones varias. Una de las leyendas más famosas del balompié es, sin duda, la de la maldición de Bela Guttmann y el Benfica, pero si uno rebusca encuentra cientos de casos curiosos que siempre son dignos de alguna mención.
Entre ellos
están las historias del Birmingham City y el Derby County, tan
similares como increíbles. Ambos se enfrentaron a una maldición cuando
decidieron mudarse de estadio. Ambos se las vieron con los gitanos.
Corría el año de 1906 y Harry Morris, presidente del Birmingham City, decide abandonar el estadio de Muntz Street para mudarse al St. Andrew's Stadium, lo que suponía expulsar a una familia de gitanos que habitaban en la zona. Como era de esperar, a los gitanos no les hizo demasiada gracia y dejaron caer una maldición sobre el club que habría de extenderse 100 años.
Lo cierto es que, al margen de una League Cup que consiguieron en 1963, los Blues se convirtieron en un club incapaz de ganar nada y con una sobrada reputación de equipo ascensor.
Apurados
por una situación tan increíble la única solución que encontraron fue
contrarrestar la maldición con un conjuro liberador. Pero ninguno
funcionó.
Ron Saunders,
técnico del equipo de 1982 a 1986, ordenó que se colgaran crucifijos en
todos y cada uno de los postes de luz del estadio. También pintó de
rojo las suelas de las botas de sus jugadores.
De Barry Fry,
que se sentó en el banquillo del Birmingham de 1993 a 1996, se dice que
orinaba antes de cada encuentro en las cuatro esquinas del campo.
El Derby County también tuvo que vérselas con un grupo de gitanos a finales del siglo XIX, y curiosamente, todo vino a raíz de una mudanza.
Los Rams llegaban al Baseball Ground,
la que sería su casa, pero para ello, debieron expulsar primero a un
asentamiento de gitanos que ocupaba la zona. No. No les hizo demasiada
gracia. Los gitanos lanzaron una maldición al Derby County para que no
ganase nunca un trofeo durante toda su historia. En 6 temporadas el
Derby perdió 3 finales de FA Cup y fue incapaz de conquistar una liga.
La situación del club era tan rocambolesca que cuando los Rams llegaron a la final de Copa de 1946 se envió a su capitán, Jack Nicholas,
a hablar con los descendientes de los gitanos para acabar con la
maldición. Se cuenta que se les ofreció una moneda de plata que debían
colocar en las palmas de sus manos para atraer a la buena suerte. Cierto
o no, el Derby County venció al Charlton Athletic en aquella final por 4
a 1.






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